Yo no creo en esa idea de poner a la inteligencia y
al talento en la misma categoría. Por algo es que existen esas dos palabras. La inteligencia se alimenta con el conocimiento, mientras que el talento con la perseverancia.
Al menos hay alguien que diferenció tantas formas de
inteligencia. Y sin dudas, es bastante cierto. Hay gente muy lista en memorizar
algo, pero torpe en arreglar una persiana, pero la
inteligencia emocional, (sin menospreciar el resto de las
inteligencias) es algo fundamental. Poder enseñar habilidades emocionales desde
pequeño sería una gran idea. Valores como la ética, la amistad pura, la
nobleza, la humildad, las acciones caritativas, etc. harían de los seres
humanos seres “infinitamente
inteligentes”.
Identificar tus emociones, conocerlas, controlarlas
ayudaría mucho a una mejor comunicación y relación entre las personas. Pero
todo esto no se consigue leyendo un libro. Entender, comprender, apoyar,
ayudar, animar, etc. serían signos que nos situarían en un lugar bien
destacado. Incluso por encima de la inteligencia.
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