martes, 28 de febrero de 2012

El carácter de la mente




La mente humana.

¿Cómo la definiríamos? Poderosa y audaz, perspicaz y ansiosa, inconforme pero asertiva, absorbente y flexible aunque de veces tan traicionera y supersticiosa, tan rígida y cambiante, tan fría y cerrada. Ayuda en gran medida, pero muchas veces no dice nada. Los humanos buscamos respuestas para el universo, para la vida, para la satisfacción propia…ella sin embargo en ocasiones nos ignora y nos bloquea. Coopera cuando la incitamos pero se debilita una vez que paramos.
La mente sigue y seguirá siendo un misterio irrevelado, todas las maravillas que en ella habitan suman una galaxia pero contadas las personas que se han atrevido a explorarlas. Científicos cuestionan el conocimiento tal como un hijo cuestiona al padre sobre cuando le comprará un juguete nuevo. Somos seres sedientos, con anhelo de conocimiento no nos conformamos con un simple "existe" o "no existe".

Los humanos somos seres irracionales, necios e impredecibles pero también somos sensibles porque sabemos querer, aceptar y perdonar. El cerebro no existe por sí mismo, las emociones lo rodean y las percepciones personales lo conectan.  Sólo en este cachito ya estamos hablando de Ciencia, en concreto, de Neurociencia.

Howard Gardner, un hombre emprendedor decidió tomar cartas en el asunto; rechazó las teorias convencionales y revolucionó los estudios sobre la capacidad intelectual de cada individuo. En su búsqueda por el conocimiento se topó con una sorpresa: desenmascaró 8 rostros escondidos debajo de cada capa del cerebro que nadie antes había siquiera imaginado. Formuló una ley donde plasma la existencia de 8 herramientas únicas, crecientes y formidables.



Todos las poseemos, pocos las conocemos y mínimos las aprovechamos. Es necesario recavar nuestro potencial y literalmente alimetar y poner a hacer ejercicio a nuestro cerebro...

miércoles, 22 de febrero de 2012

La ignorancia no es un mal invencible, ya existe una cura.




El hombre se viene interrogando desde las antiguas épocas la posibilidad de existencia de algún tipo de conocimiento. Aunque se han descubierto muchas cosas relacionadas con el intelecto humano y los maravillosos misterios de la mente, no hay una respuesta concreta a todas las cuestiones que siguen surgiendo...

La ignorancia no es un mal prominente, por fortuna, tiene medicina mientras que la estupidez es castigo eterno.
Howard Gardner cambió este paradigma al elaborar numerosos estudios y optar por llamar“experiencias” a las equivocaciones de otros. Se basó en la defensa que cada individuo es su propio juez, ninguna opinión de una persona es más correcta que la de la otra. Con respecto a la ‘estupidez eterna’, Howard formuló una teoría y desarrolló una cura para cualquiera que la poseyera indicando que la idiotez es sólo es una deficiencia temporal que puede ser corregida con el entrenamiento de las habilidades y capacidades con las que fuimos dotados desde el nacimiento. No importa de quién se trate, todo mundo es capaz de desarrollar el mismo nivel intelectual que otro o incluso superarlo. La explotación del potencial individual dependerá de los ingredientes que cada uno compre o la utilización de los que tenga a su alcance.

Vivimos en un mundo de formas e ideas sobre las que es posible adquirir un conocimiento exacto y relevante. En la vida, o todo pasa o todo queda, y lo nuestro es sólo pasar.

Con su teoría replanteó la perspectiva de la inteligencia como tal.



Sólo el razonamiento vago se podría declarar como una mente pura, libre y verdadera, mientras que la inteligencia es sólo un medio; como una llave que permite la apertura del cerrojo.




Con el pasar de los años, se han llevado a cabo numerosas pruebas, estudios y experimentos relacionados al coeficiente intelectual de cada persona y, a pesar que se han desenmascarado muchos bandidos responsables de funciones cognitivas específicas, una afirmación se sostiene: el conocimiento no se apoya en verdades históricos sino más bien en teorías, estudios, suposiciones, costumbres y creencias sobre el mundo. El cerebro, por su misma naturaleza sabia, conecta pensamientos y genera ideas. Cuando se excavan cual fosa y se dominan cual conquistador al imperio estos dos aspectos, entonces se podrá entender la complejidad que el universo pone ante nuestros ojos. Bien se dice que el que busca una verdad corre el riesgo de encontrarla.



Lo que más recientemente se ha destapado en el campo de la neurociencia es la conexión que existe entre la mente y los sentimientos. Funciona como una cuerda, una alianza entre nuestras percepciones personales + el conocimiento que ya

Todo hombre es como la Luna, aunque el Sol le irradia una parte de su luz y la refleja, posee una cara oscura que a nadie enseña.
 poseemos. Es de ahí que surge la tendencia del hombre a ser tan cambiante, irracional e impredecible.


Finalmente, puedo concluir en que la razón es una capacidad que abarca dos aspectos primordiales: el conocimiento de la realidad y de nosotros mismos a la vez que el control de nuestros pensamientos y reacciones.

Sin embargo, sólo en el momento que juega con la sensibilidad y se pone en armonía con ella, podemos ofrecernos a nosotros y al mundo entero conocimientos plenos y verdaderos.



Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras. -William Shakespeare-

martes, 21 de febrero de 2012

Redes para la Ciencia

Podríamos decir que la inteligencia humana no es un dote especial, sino una forma de realizar operaciones mentales. No existe una inteligencia en el mirar las cosas, sino una mirada inteligente, una memoria inteligente. La inteligencia no es sustantivo es adjetivo. Es una propiedad que podemos aplicar a nuestro porvenir.



Hace ya más de dos décadas, Howard Gardner revolucionó la psicología con su teoría de las inteligencias múltiples. Su trabajo causó grandes progresos en la mejora de varios sistemas educativos en el mundo y hasta lo llevó a ser el acreedor de un reconocimiento internacional junto con numerosas distinciones: me refiero al premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011.


En ocasión de la entrega de este premio, Punset y Gardner conversaron sobre las inteligencias múltiples, las nuevas tecnologías y el surgimiento de una manera nueva y personalizada de educar a los niños.

Dada las circunstancias fue la ocasión perfecta para presentar el nuevo y más reciente libro de Howard: Verdad, belleza y bondad reformulados.

Dentro de todas las sociedades se han dado definiciones e interpretaciones propias sobre la verdad, la belleza y la bondad, pero en éste su libro, Howard Gardner expone cambios más drásticos que experimentan estas virtudes a lo largo de nuestras vidas, y describe los nuevos retos que se nos cruzan para darles el sentido que merecen.
 
Mientras más se va profundizando en la lectura, se percibe que estas virtudes aunque son parte de las cuestiones más sorprendentes de nuestro día a día, y al mismo tiempo, son las más fundamentales. Se debe empezar la formación de estas virtudes desde pequeños, séase a través de la educación, la implantación sútil de los padres o incluso a través de la religión. Sin embargo, Gardner sostiene que también los adultos pueden perfeccionar su comprensión de estas virtudes en la medida que reflexionen e incorporen a su vida cotidiana los aspectos requeridos para alcanzar la armonía entre los valores y la moralidad. Gardner nos describe la situación actual de estas virtudes en nuestro mundo y nos enseña la manera de inculcarlas a lo largo de la vida, ya sea en el salón de clases o fuera de él.


Mientras los conceptos de verdad, belleza y bondad, evolucionan de forma mucho más rápida que en otras épocas, son –y seguirán siendo- piedras angulares de nuestra sociedad.

lunes, 20 de febrero de 2012

"No todo cabe en un Test" de Eduard Punset

<<Dijo que no todos éramos iguales por lo que resultaba sospechoso medir a todo el mundo por el nivel del cociente intelectual. Él estaba convencido de que había un mínimo de siete inteligencias o que incluso, el número se podía elevar a once.>>

En un artículo de la revista española Muy Interesante, Eduard Punset, cada mes publica algo relevante en cuanto a algún tema de progreso. Escribe en la sección de Mentes maravillosas sobre aquellas personas de la vanguardia mundial de la ciencia que más le han impresionado. Ya tocó la ocasión que le dedicara un tributo especial a Howard Gardner debido a su gran aportación a la psicología moderna, la neurociencia y a la educación en general.






El artículo resulta atractivo porque el mismo columnista describe que cuando le tocó su oportunidad de conocer a Howard Gardner, este quedó impresionado de la afición de todos los demás psicólogos por llevar a cabo estudios “cerrados y cuadrados” para poder explicar los comportamientos de las personas. También notó la vaga obsesión de algunos otros por entender el poder de la mente racional. Todos estaban tan enfocados en los que hacían que mientras Howard, por su cuenta, empezó a fijar las bases de su descubrimiento sin la presión ni intrusión de nadie. De hecho,


Fue el primer científico abierto al conocimiento de los demás; creía –sin ser consciente de ello– que quienes más le habían enseñado eran los que menos sabían de lo suyo”.


Dentro de la breve reseña, Eduard Punset menciona que gracias al señor Gardner, hoy podemos ver que la diversidad es importante; no hay una manera de enseñar así como tampoco hay una manera de aprender. No somos máquinas y no podemos tratar a los más pequeños como si lo fueran porque de esta forma, sin lugar a dudas, estaríamos "cortándoles las alas" y privándoles de un futuro que puede ser brillante o tormentoso si no los guiamos por el camino correcto. 




Como dato curioso, las últimas palabras de Punset dan a qué pensar. ¿Realmente el uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales mejorará la educación? Si bien, es cierto que la mayoría de los sistemas educativos necesitan un cambio drástico ya que se han demostrado ser deficientes en muchísimos aspectos. Eduard sostiene que es un error considerar que con las nuevas tecnologías las nuevas generaciones aprenderán más. De hecho, el uso abusivo de estas fuentes de comunicación despersonaliza y hace las relaciones humanas más distantes. Estamos perdiendo la capacidad de concentrarnos y reflexionar. Gracias o por culpa de ellas.


Un buen profesor puede enseñar perfectamente con ayuda de un gis y un pizarrón, sin nada más que eso. Aparte que la dinámica de las clases debería cambiar: deberían ser más participativas, los exámenes no deberían ser de memorización sino de razonamiento, de síntesis, de pensamiento. 


Howard Gardner nos ha hecho ver que realmente existen varios tipos de inteligencias y que no todas las personas aprenden del mismo modo. Es lógico de pensar entonces, que lo ideal es una enseñanza personalizada.






Al parecer, la Teoría de las Inteligencias Múltiples (IM) ha recibido bastante aceptación en el sector educativo, pero desafortunadamente esto no ha sucedido en el sector científico.  La teoría, a pesar de que da “una serie de tips” para la forma de impartir la enseñanza, según los científicos no se ha demostrado aún una verdadera definición de inteligencia.

jueves, 16 de febrero de 2012

El gran comienzo


Todo este estudio sobre "las Inteligencias Múltiples" se remonta a 1979, cuando Howard Gardner, un psicólogo de la Universidad de Harvard recibió la tarea de un grupo de estudiosos holandeses, de la Fundación Bernard Van Leer, de llevar a cabo un estudio sobre el potencial humano....

Lo curioso es que Gardner ya se había planteado la posibilidad del concepto de "muchas clases de mentes" desde por lo menos una década antes de que el grupo de holandeses se lo propusiese.
Y con la publicación de su libro Frames of Mind ( Estructuras de la mente) en 1983, marcó la pauta del nacimiento efectivo y definitivo de la llamada Teoría de las Inteligencias Múltiples.




 
Alejándonos un poco de Howard, por otro lado al mismo ritmo que él avanzaba había un psicólogo americano (curiosamente también de la Universidad de Harvard) llamado Daniel Goleman que hacía investigaciones sobre la mente también, pero él se centraba en realizar estudios en torno a la inteligencia emocional.

Este profesor de Harvard es el célebre autor de 3 libros: "Inteligencia Emocional", publicado en 1995 (exactamente un año después que uno de los libros de Gardner), "Inteligencia emocional de la Empresa" (1998) y de "Inteligencia Social".

 
En todos y cada uno de los textos sostiene que tenemos dos mentes; “una que piensa y otra que siente". Esto lo dice porque el pensamiento es un proceso complicado, e impredecible con muchas caras y facetas.

 "Si la inteligencia es el conjunto de capacidades que nos permite resolver problemas o fabricar productos valiosos en nuestra cultura, la inteligencia emocional es el conjunto de capacidades que nos permite resolver problemas relacionados con las emociones."


"Es de esperar que el genio se incline hacia contenidos particulares: los seres humanos han evolucionado para mostrar distintas inteligencias  y para recurrir de diversas maneras a una sola inteligencia flexible" (Gardner, Escrituras de la Mente, 1994:11)